En este segundo bloque, Laura Grosso, de Grosso Tractores, de Rafaela, nos explicará los pasos en su exitosa y temprana sucesión de la primera generación a la segunda.
BLOQUE 2
CL: Bien Leonardo, recién escuchamos un tema muy bien compuesto que se llama “Pequeño tractor”. ¿Y por qué pequeño tractor? Bueno, algo anticipamos en la presentación, porque nuestra próxima entrevistada es Laura Grosso.
LG: Exactamente. Y, bueno, parece un juego de palabras, pero pequeño tractor vamos Grosso tractores. (Risas)
CL: Que en italiano básico sería gran tractor. Bueno, creo que el testimonio de Laura va a ser bien valioso.
LG: Así es, así que Laura, te saludamos. Buen día, ¿cómo estás?
LGR: Buenos días, ¿qué tal Leandro? ¿Qué tal Carlos?
CL: Todo bien. Laura, mil gracias por atendernos. Nos querés contar, aunque sea muy brevemente, ¿qué es Grosso Tractores? Digamos, cómo se origina la empresa… brevemente.
LGR: Bueno, Grosso Tractores es una empresa familiar que tiene 30 años de vida, fue fundada por Beto, mi padre, acompañado de Tere, mi madre, y junto a mis cinco hermanos la continuamos, y ya ahora viendo muy de cerca el ingreso de las nuevas generaciones. El grupo está en la actividad agropecuaria, en lo que es ganadería y agricultura, pero también muy fuerte en la parte de comercialización de maquinaria agrícola.
CL: ¿Y están situados en…?
LGR: Estamos en la localidad de Rafaela, provincia de Santa Fe, y tenemos puntos de venta en Córdoba, Santiago del Estero y en otras partes de Santa Fe.
LG: ¿Qué edad tienen Beto y Tere?
LGR: Beto y Tere tienen 70 años, 70 y 72.
LG: ¿Y cuánto hace que dejaron la dirección de la empresa?
LGR: Fuertemente hace ya casi 10 años que dejaron la parte operativa, siempre continúan acompañando y dando su experiencia desde otro lugar, desde la asamblea de accionistas, primero el directorio, desde otros lugares, pero ya hacer 10 años.
LG: Pero dos sabios entonces ¿no? Porque fueron capaces de dejar el día a día. ¿Y a qué se dedican ellos?
LGR: Y, creo que a sus tareas de disfrute. Bueno, Tere muy volcada a los niños, a sus amistades, a su vida en el campo, a las plantas, a cuestiones de arquitectura, a estar con la familia, mantener todo ese hogar siempre vivo. Y Beto, sigue acompañando a los chicos que están acompañando a los chicos que están más en la parte del campo, pero haciendo sus cosas, lo que a él le gusta, el preparado de tierras, hace las inversiones. Pero siempre tratando de moverse en los ámbitos donde ellos disfrutan, muchos amigos, mucha familia, mucho disfrute, los veo así, viajando obviamente.
LG: Porque mencionábamos Grosso Tractores, pero vos estás diciendo ahora del campo. Contá un poquito más del campo y cuando decís “los chicos”, a qué te referís.
LGR: Bueno, como te explicaba, que la empresa tiene estas dos unidades de negocio, en la parte agropecuaria, que hacen ganadería y hacen agricultura, lo de la ganadería se incorporó en estos últimos años, y un poco más en ese proyecto es donde tanto tuvo su peso fuerte en el inicio, como en la continuación, Beto, que un poco volvió a su viejo amor. Él, cuando estaba solo y antes de crear Grosso Tractores, también trabajaba en el campo y, bueno, está ahí.
CL: Está claro. ¿Y cómo fue tu proceso y tu acceso al liderazgo de la empresa una vez que Beto y Tere dieron un paso al costado?
LGR: Bueno, en realidad, como decía Leo, por ahí sabios y jóvenes dejaron lo muy operativo, primero porque iniciaron jóvenes, y después porque cada uno de nosotros justo fue agarrando con mucho compromiso la mayoría de las funciones importantes dentro de la empresa. Un poco porque se dio así, primero un hermano mío en la parte comercial; otro hermano, que es ingeniero mecánico, en la parte más de servicio de post venta; los dos que son ingenieros agrónomos en la parte agropecuaria; y con mi hermana nos quedamos más en la parte de administración. Se dio así, se dio natural el ingreso de todos y también fue natural la parte de mi caso por el liderazgo de la empresa, porque en realidad fue un poco una necesidad, fue una etapa de transición hacia la profesionalización. Porque nosotros en un momento también, cuando decidimos crecer en el concesionario, un poco pactamos como forma de hacerlo esto de incorporar gente acorde a los nuevos desafíos, y, bueno, también un poco salirnos nosotros de ese frente de batalla. Pero en la transición un poco me tocó a mí, un poco por necesidad de la empresa, y, bueno, quizás por mi formación. No por vocación básicamente, porque mi vocación vino siempre más por otro lado, por esto de mantener el equilibrio entre la familia y la empresa, que sea una empresa próspera, pero también en base a una familia unida y sólida. Por eso mi rol fundamental, que es donde estoy hoy, viene más por mi vocación. Ese liderazgo, cuando me tocó estar al frente de la empresa, fue transitorio y por una necesidad puntual. Pero bueno, siempre muy acompañada por el resto de la familia, porque en realidad estábamos con proyectos muy desafiantes donde todos teníamos roles importantes y comprometidos.
CL: Te voy a hacer una pregunta que por ahí suena un poco enrevesada, o con un aroma que no quiero darle, pero te la voy a completar, una vez que la termine de formular por ahí se entiende mejor. En general, cuando las mujeres adoptan papeles de liderazgo, muchas de ellas… voy a expresarlo con la corrección que se pueda, se masculinizan, en el sentido de que adoptan usos y formas que tienen que ver mucho más con el mundo de varones, más cuando no estamos hablando de una empresa de ropa de bebés, sino de una empresa de tractores.
LGR: Claro, sí, es muy de hombres (risas)
CL: Claro. Cosa que vos, además de que has desarrollado también tu hermoso proyecto de maternidad, no se advierte en absoluto que te haya pasado esto. ¿Cómo es esta cuestión de poder vivir en los dos mundos?
LGR: Mirá, a mí me salió muy naturalmente, y nunca dejé de ser natural y espontánea. Creo que… me crié con cuatro hermanos varones, de los seis hermanos somos dos mujeres y cuatro varones, sé convivir mucho con el rubro masculino. Y la verdad que sí, me encontré en un mundo donde el 90% eran hombres, pero lo digo bien, en el sentido de que siempre un trato igual, un trato respetuoso. Creo que en el seno de mi familia yo lo viví así de chiquita, mi mamá también, una personalidad con su peso, una persona con mucha potencia y mucho liderazgo, y, bueno, en nuestra familia naturalizamos que la mujer tenga un rol a la par del hombre, y así lo viví yo cuando me tocó salir al mundo laboral. Y me encontré con un contexto respetuoso, que no tuve mayores dificultades, si las tuve no las percibí, y las pocas que hubo se solucionaron de la mejor manera. Pero no tuve que masculinizarme para tener… creo que viene por otro lado a veces el tener herramientas, que por ahí es ponerle cabeza, ponerle actitud a la cosa, y no un determinado sesgo de una u otra… de hombre o mujer. Creo que la gente está más abierta ahora, creo que es cada vez más fácil, es cuestión de también uno no hacerse a la idea de que está todo dado para no poder desarrollarse libremente, es también en cada uno, creo yo.
LG: Vos actualmente tenés, ¿cuántos chicos?
LGR: Tres niños, uno de 6 años, otro varón de… Federico, Joaquín de 3 años, y Emilio que va a cumplir un añito ahora. Después de una larga batalla para poder conformar la familia, pero, bueno, es un desafío.
LG: ¿Y cómo compatibilizás tu condición de madre con tu condición de líder de la organización empresarial?
LGR: Bueno, un poco como te decía que mi paso de líder fue un poco un paso de transición hacia la profesionalización, ahora por suerte pude pasar a un rol directivo donde me demanda un poco menos, y eso ya lo hace un poco más fácil de compatibilizar. Pero, bueno, a mí me ayuda establecer… ser ordenada en los tiempos y espacios de trabajo y obviamente dosificar un poco. Quizás cuando apenas empecé a trabajar y era que trabaje todo el día, millones de horas, y ahora tengo que dosificarlo. Pero se puede tranquilamente, y sobre todo teniendo un equipo de contención en la familia, en donde uno confía plenamente, o sea, quien se ocupa de los niños, o mi marido, o los abuelos que siempre están presentes. Esa es la manera de compatibilizarlo.
CL: Está claro. ¿Y cómo fue el pasaje de gerente general a directora? Es decir, nadie nace gerente general, se va formando en la función, y después, una vez que ejerciste eso ¿qué cambios o qué tuviste que aprender para ser directora y no gerente general?
LGR: Bueno, en el medio ayudó mucho que estuvo uno de los episodios de maternidad, entonces un poco obligadamente con las licencias me alejé de la parte operativa, y eso ayudó mucho a cambiar en mi cabeza el chip, porque realmente son muy distintos. En uno estás en el frente de batalla, estás en el día a día, en lo cotidiano, con contacto muy directo con clientes, proveedores, con todo el equipo de trabajo y con el foco en lo comercial, en el producir. Y en el otro es una mirada más de atrás, más de mirada estratégica, más con un sesgo de control de gestión. Y, bueno, nosotros en esta etapa de maduración, estamos también un poco tratando de consensuar todas las pautas para una buena delegación en la ejecución y en la gestión. Eso lo ayudó mucho, ese corte, pero sobre todo que ya mi naturaleza pega más con esta nueva función que con la anterior, porque claramente a mí, la parte comercial no es que era mi expertise, ni mi vocación, pero bueno, si es de este lado creo que hay mucha más oportunidad de mirar en macro la empresa y establecer buenos ámbitos de dialogo entre todos los que nos toca conducirla. Para mí fue natural, porque fue ir hacia lo que a mí me salía mejor, y fue natural porque fue ir hacia un lugar que me permitía más compatibilizar con mi rol de mamá.
LG: Vos estudiaste en la universidad el tema empresa familiar, y yo recuerdo que alguna vez me pediste algún feed back respecto de una tesis que estabas haciendo, y creo que este es un punto de interés para algunos de nuestros oyentes, porque a veces, en la carrera de administración, o en otras carreras, eligen justamente el tema empresa familiar como tema de investigación. ¿Qué dirías que fue para vos la experiencia de estudiar el tema cuando te estabas integrando a la empresa?
LGR: Fabuloso, porque creo que lo mismo que terminé desarrollando en la tesis fue como mi plan de trabajo cuando me incorporé. Porque un poco lo que había planteado era que las pequeñas empresas también pueden ser profesionales, por así decirlo, y entonces reorganizando en todo lo que se podía la empresa… y, bueno fue mi puntapié. Cuando llegué nos reorganizamos societariamente, comenzamos a trabajar el protocolo, comencé a tratar de poner en práctica todas las herramientas que sabía que hacen… no aseguran, pero sí ayudan a que sea exitosa esa convivencia entre empresa y familia. Para mí fue fabuloso, porque fue tener casi un plan trazado. Y siempre con la apertura de mis padres, que eso lo destaco mucho, porque por algo también dejaron tan pronto, bueno, porque los hijos tomamos, pero ellos también, ante cada propuesta que fue haciendo la nueva generación, ellos fueron acompañando, se fueron abriendo, y en muchos casos viéndola antes que nosotros. En esos aspectos con los que yo vine apenas me recibí, con estos planteos de lo que debíamos hacer para ser una empresa más ordenada y prevenir problemas a futuro, me acompañaron en todo, tanto mis viejos como los hermanos. A veces sin terminar de entender la eficacia de las herramientas, pero con mucho compromiso, y, bueno, después, con el tiempo, yo creo que sí, dándole un valor al aporte de cada cosa que hicimos.
LG: O sea, generosidad y confianza.
LGR: Claro.
LG: Creo que es una muy buena receta.
CL: Es una buena fórmula, sí.
LGR: Sí, así funciona, es así.
CL: Una cucharada de generosidad y dos de confianza. (risas)
LGR: Es así, es un buen mix. Y, bueno, creo que eso en las empresas familiares es un pilar, en ese sentido de que hay confianza, obviamente, por el vínculo que nos une, y este acompañamiento de generosidad como decís vos, también, en esto de que nos fue tocando asumir distintos roles. Porque antes de que a mí me tocara tener esa parte de la gerencia general, mis hermanos, que ingresaron primero, tuvieron un rol muy activo también en el desarrollo de determinadas áreas. Es como que vamos rotando también en el nivel de carga que le va tocando a cada uno.
CL: Laura, vos sos todavía joven, imagino que tus hermanos también, aunque vos sos la menor de todas, ¿verdad?
LGR: Sí, soy la quinta, somos muy seguiditos, porque somos seis hermanos en ocho años, así que estamos ahí, todos pegaditos.
CL: Vos como mamá seguiste la misma escuela, porque los tenés todos ahí.
LGR: Sí, son seguiditos también.
CL: La pregunta apunta a, así como los padres de ustedes optaron por un retiro relativamente temprano, y muy pausado, y muy sabio de alguna manera, como decía Leonardo, ustedes como hermanos, o vos puntualmente, ¿están empezando ya a pensar a 20 años qué van a hacer o a 10 años?
LGR: Sí. Todavía no es un tema que se esté exteriorizando y lo estemos planificando el cómo, pero sí voy viendo con algunos hermanos, en las charlas en privado, que sí, que sin duda que… bueno, yo creo que los buenos ejemplos también derraman para abajo, y creo que eso que vimos, que si Beto y Tere lo lograron, y si nosotros hemos dado un paso de profesionalización, creo que podemos ir hacia eso. Y, bueno, es un buen objetivo a trazarse. Yo lo empiezo a detectar y a ver que es una intención en esta segunda generación, sin dudas. Creo que es uno de los beneficios. A veces uno en la empresa familiar o propia pone tanto, y a veces a tan alto costo, que está bueno tener ese beneficio de, en algún momento, recuperar eso que uno tanto invirtió en tiempo, en lo que sea. Más sano aun es equilibrar durante el proceso todo, yo creo que más sano es eso, no esperar a retirarse para poder desarrollar determinados gustos personales, o para abocar tiempo a la familia, creo que hay que lograrlo en el mientras tanto. A nosotros esa posibilidad nos la está dando la profesionalización, el hecho de haber encontrado gente muy capaz, formada, idónea y profesional para llevar adelante todos los desafíos de una empresa que está siempre creciendo.
CL: Está claro. Y por supuesto eso no descarta, dentro del menú, la venta de la empresa, digamos, porque tampoco hay que pensarla como un mandato para la siguiente generación obligado.
LGR: Sí, justo a instancias de la actualización del protocolo que estamos justamente en ese proceso, hasta ahora hemos consensuado que nos gustaría que permanezca como un bien de familia. Pero, bueno, creo que entiendo que es algo que siempre está abierto a la charla. Por ahora nos gustaría que llegue ese legado hasta nuestros hijos, sin obligación de que se desarrollen ahí, al contrario, que tengan toda la libertad de tomar otros caminos, pero quizás que tengan esa contención por detrás y ese bien que sigue produciendo.
CL: Está claro.
LG: Bueno, Laura, me pareció muy interesante todo lo que hablamos, creo que puede extremadamente útil, tanto para la gente que está estudiando alguna carrera universitaria y puede elegir el tema empresas familiares para su tesis o alguna monografía; la oportunidad de poder conocer un poco mejor la empresa desde este sesgo académico; y también todo lo que implica tu liderazgo como mujer, y mujer joven, de segunda generación, donde claramente lo que se nota es, como decíamos antes, la enorme generosidad y la visión familiar que permite que hoy esté tan instalada la segunda generación en Grosso Tractores. Así que, bueno, muchas gracias por tu participación, y ya nos veremos prontito.
LGR: Bueno, muchísimas gracias a ustedes por la invitación, y un saludo muy cálido a toda la audiencia.
LG: Gracias.
CL: Gracias, igualmente. Bueno, estuvimos conversando con Laura Grosso, integrante de Grosso Tractores. Bueno, Leonardo, creo que ha sido un programa realmente con mucho contenido, desde lo teórico y desde lo académico de Pedro Vázquez, aunque con un pie fuerte en la consultoría; y por supuesto el caso bien concreto de Grosso Tractores y de Laura Grosso.
LG: Efectivamente. Bueno, quienes quieran volver a escuchar el programa pueden hacer en www.empresayfamiliaradio.com; nos pueden mandar un mail a [email protected]; pueden mandarnos un WhatsApp al +54911 66667519; nos pueden encontrar en Facebook, en Instagram o también en Spotify por nuestros nombres, Carlos Liascovich, Leonardo Glikin. Y también el jueves pueden escuchar mi columna a las tres de la tarde aquí, en 101.9.
CL: Así es. Bueno, no nos queda entonces, Leonardo, más que despedirnos y reencontrarnos el sábado que viene.
LG: Exactamente, hasta entonces.
CL: Gracias.