“Hoy las empresas cuentan con una mayor libertad contractual, que les permite una mejor planificación societaria”

42° programa de 2021 de “Empresa y Familia – Modelo para armar”, conducido por Leonardo Glikin y Carlos Liascovich. En esta primera parte, Liliana Hers, especialista jurídica de Caps Consultores, nos explica las opciones de actualización de la estructura societaria cuando aparecen novedades en la integración familiar o se suman nuevos emprendimientos. 

 

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Carlos Liascovich: Bien Leonardo, nueva emisión de Empresa y Familia, modelo para armar.

Leonardo Glikin: Buen día Carlos.

CL: Buen día, ¿cómo te ha ido en la semana?

LG: Excelente y con muchas ganas de poder transmitir cosas a nuestra audiencia, a través de las entrevistas que tenemos prometidas para hoy.

CL: Así es. Hoy tenemos, en primer lugar, a una habitué de nuestro programa: Liliana Hers, integrante de Caps Consultores.

LG: Efectivamente. Liliana es abogada de origen y hoy está dedicada a los aspectos especialmente patrimoniales y societarios que tienen que ver con la empresa familiar.

CL: Así es. En la segunda parte vamos a tener como entrevistado a Daniel Arias, quien es un periodista, investigador de larga data sobre temas álgidos, muy referidos al medioambiente y al cambio climático. Y hoy Leonardo vamos a tener su intervención para orientarnos y orientar a la audiencia, en particular a las empresas pyme, sobre algunos condicionantes que en el mediano y largo plazo van a tener que intervenir sobre sus decisiones de inversión, para responder a los problemas que va a generar el cambio climático.

LG: Daniel es un distinguido periodista, Premio Konex. Actualmente es uno de los que participan en AgendAR Web, que es algo que recomendamos a nuestra audiencia, porque abre realmente la cabeza sobre temas que tienen que ver con el medioambiente, la energía nuclear y demás.

CL: Creo que está Liliana ya en línea.

Liliana Hers: Sí, buen día, ¿cómo les va?

LG: Hola, buen día Liliana.

CL: Buen día, gracias por estar nuevamente con nosotros.

LH: Igualmente, gracias por invitarme. Muy interesante lo que anuncian para el programa de hoy en el segundo bloque.

CL: Y lo tuyo, por supuesto, es muy interesante también. ¿Sobre qué tema vas a profundizar hoy?

LH: Mirá, la idea es contar qué  temas llegan a la consultoría, cuáles son los temas que más vemos, qué podemos ofrecer o cómo los analizamos. Pero es desplegar de alguna manera los recursos que tiene la familia empresaria y la empresa de familia a la hora de resolver esas tensiones, esos nudos. Los cuellos de botella del crecimiento, esas situaciones que marcan un tenemos que cambiar pero, ¿cómo lo hacemos?

CL: ¿Y cuáles serían, por lo menos de nombre, esas tres o cinco urgencias o demandas o planteos que aparecen en tu WhatsApp o en tus llamadas o en tus pedidos de auxilio?

LH: Bueno, yo atiendo los temas patrimoniales, no me llegan todos los problemas de la empresa de familia. Pero sí las situaciones donde la estructura societaria, la forma en que está organizada la empresa, a la que debe responder y que indica qué es de cada quien, el modelo de negocio, si se puede ir, si puede entrar, cómo se organiza la sociedad legalmente… Bueno, esa estructura en algunos puntos se desajusta de la vida societaria. Se desajusta de las necesidades de la familia, del crecimiento, los roles que están tomando la empresa y hay que reorganizar. Para dar cabida a las nuevas generaciones, algo que suele pasar. O para resolver conflictos, o sea, temas que no funcionan bien como están y que, para que la empresa se desenvuelva y que la familia pueda seguir proyectándose y manteniéndose unida, es necesario reorganizar. Por ejemplo, una situación típica es: vienen nuevos parientes políticos, ¿qué hacemos? Una situación típica es: hay un hijo que llegó a la condición de socio y no ve su lugar en la empresa. Por otro lado, los hermanos necesitan gestionar, bueno, ¿cómo se organizan los derechos patrimoniales del que entra y mantener la gestión? Esas son algunas de las cosas que suelen pasar. Son muchas las preguntas, lo interesante es ir elaborando con la familia la respuesta. A veces hay una alternativa, a veces hay varias, de organización societaria, cambiar la forma de decidir, del voto. Es como esos cubos mágicos, que uno tiene que ir acomodando para que se alineen.

CL: Ahora, imagino que cuando te llegan los problemas, a veces, no te llegan tan claramente. Porque vos por ahí, hasta poder desglosar el aspecto patrimonial del planteo, a veces es más un trabajo tuyo de aporte y de determinación de cuál es el problema, ¿no?

LH: Y, sí. Es un trabajo conjunto con la familia también, esa elaboración. A veces hay problemas, que no son patrimoniales, pero tienen una solución patrimonial.

CL: ¿Por ejemplo?

LH: Y, por ejemplo: vos tenés dificultades en la gestión, eso que mencionaba antes. Que hay uno que decide bien, que es criterioso y los demás están en otra cosa. Vos podrías decir, venden las acciones, las cuotas, quedan afuera de la empresa…no es la idea en la familia. Y hay otras alternativas, un sindicato de voto, o sea, hacer como un acuerdo, donde uno vota de determinada manera y se protege la información de los otros y mantienen la participación para el futuro, las próximas generaciones, para preservar lo que es de ellos, lo que es familiar. Así, la familia se mantiene unida en el emprendimiento, pero resuelve la cuestión de gestión de otra manera. Sin la necesidad de alterar la propiedad.

LG: Cuando decís un sindicato de voto, es lo que también se llama sindicación de acciones. Me gustaría que lo expliques más profundamente. Lo pido, no para entrar en una cuestión técnica o académica, sino con la intención de que nuestra audiencia les pierda el miedo a estas herramientas, que son extremadamente útiles y no debemos pensarlas como herramientas para las grandes corporaciones. O sea, son herramientas que, de una forma o de otra, bien manejadas, están al alcance de las empresas pymes.

LH: De las pymes, aún las chiquitas, y no hace falta tener acciones para acudir a estos remedios. Se puede con una SRL, con una sociedad simple… Digamos, lo que caracteriza a las sociedades es que aquellos que aportaron capital, los dueños, tienen voto en proporción a lo que aportaron de capital. Entonces, el socio mayoritario tiene más o tiene menos. A veces se representa en acciones, a veces se representa en cuotas… la cuestión es que pueden hacer un compromiso, un contrato entre ellos, donde transfieren el derecho de voto a un representante común. Ese representante no es que se juega solo, y de alguna manera desapodera del voto a los socios, porque puede reglamentarse esto. Se reglamenta la información, la forma en que se toman las decisiones. Pero se logra una instancia, un espacio, donde se pueden unir las voluntades, de tal manera que lleguen a lo formal de la sociedad con una voz única y un lineamiento definido, que se ajusta a la necesidad de grupo y no es ya el ejercicio del voto de acuerdo a la necesidad individual del socio. Y, efectivamente, lo pueden hacer las sociedades chicas, el sindicato se puede regular, incluso para varias sociedades, lo que es un grupo familiar, grande o chico. Una familia que tiene dos unidades de negocios o que emprende una nueva, puede hacer estas inversiones para el grupo familiar, sindicando las acciones o las cuotas, a través de estos acuerdos de voto.

CL: ¿Y cómo sería el proceso de trabajo en sí mismo? Más allá de estas principales cuestiones que te llegan, ¿cómo es el proceso siguiente? ¿Cuál es el paso siguiente para atacar estas cuestiones patrimoniales? Vos te vinculás con los asesores, con los abogados de la empresa, o directamente con los titulares, ¿cómo sería el proceso de trabajo?

LH: Mirá, es un proceso, como vos decís. Entonces, en realidad, voy a tomar contacto, en algún punto, con los técnicos de la familia, los profesionales de confianza habituales, que conocen y pueden aportar datos técnicos que ayuden a esta gestión. Pero es una decisión de la empresa, de la familia. Con lo cual, primero hay que indagar bien cuáles son las necesidades de la empresa, cómo cada uno de los participantes en este escenario ven la empresa, indagar también sobre sus necesidades individuales y como ven la familia… Cómo estas decisiones empresarias pueden alterar a la familia o cómo estas situaciones de conflicto afectan la familia. De manera de ir pensando la situación que pone nuevamente los cuadraditos del cubo en su lugar. Porque hay que ajustar temas de los dos lados. Y por eso es interdisciplinario también.

CL: Es decir, vos no solamente trabajás el costado jurídico, sino que ves las dos caras. Ves el costado jurídico, pero además ves como eso rebota, resuena en las otras cosas.

LH: Sí. Además, fundamentalmente, yo veo el final de la historia, cuando ya hay que darle la forma jurídica. Paralelamente, hay otro trabajo que la familia hace para ir afinando su visión de las necesidades. Yo soy interlocutora para estos aspectos. Acá es donde yo puedo realmente aportar y analizar la respuesta a las necesidades que ellos plantean. O sea, no soy psicóloga, hay muchos otros profesionales que tienen muchísimo para aportar en esto, la solución es integral. Cuando llegamos al momento de: “Bueno, en la empresa cómo volcamos esto que la familia necesita. Y qué es esto que la familia necesita, desde la organización societaria o patrimonial”. Ahí yo vengo con mi valijita de contratos y de negocios societarios, con la Ley de sociedades bajo un brazo, el Código en el otro y empiezo a charlar, escucharlos. Y después hago una propuesta que vuelvo a conversar con ellos, la presento. Y muchas veces tengo que consultar con los otros profesionales de mi grupo. Y ahí sí, es el momento en que tal vez por referencia de la familia, tal vez, a pedido de la familia o por temas muy puntuales, consulto a veces, con autorización de la familia, por supuesto, con el abogado o el contador. Que da su opinión sobre si esta figura jurídica que yo propongo impositivamente no choca con la planificación de la sociedad. Tira datos que la familia, por ser técnicos, muchas veces no los tiene o que confía en la opinión de su asesor y a mí me da mucha información y me enseña también.

CL: Me gustó mucho tu figura de voy con mi valija, me hizo acordar al camioncito del Automóvil Club, cuando viene y te mira. Entonces procesa y abre el capó, mete mano y te dice dele arranque  y ahí…

LG: Y, más o menos.

CL: Porque lo que me dejó picando es el tema de la creatividad. Porque uno  desde afuera piensa que la tarea de un asesor jurídico está muy normada y prácticamente lo que tiene que hacer es un ejercicio de memorización y asociación de lo que ya está escrito, lo que ya está codificado para aplicar acá. Pero a veces hay innovaciones o mirada laterales que son las que hacen la diferencia, ¿no?

LH: Lo que vos decís describe la práctica. Viene un tipo y te dice necesito un contrato de locación, no es mi trabajo. Acá es: tengo un problema y bueno, vamos a ver, yo empiezo a ver qué puede servirle, él necesita una solución y yo necesito crearla, a la medida de su problema. Y sí, efectivamente, las cosas en la práctica empresaria son muy fluidas, muy variadas, y cada familia tiene una historia particular. Con lo cual, no hay dos casos iguales, es muy creativo. Y se trata de explotar lo que uno conoce del derecho, para crear siempre una solución nueva. O sea, yo no uso un contrato… Muchas veces es una sindicación de cuotas o de acciones. Pero además hago un usufructo de dividendos, para que los fundadores tengan ciertos beneficios y puedan dar lugar a la siguiente generación. Y eso lo calzamos con crear otra estructura societaria, para los que quedaron afuera de la segunda generación, entonces, desligar algunos bienes, que puede ser otro emprendimiento, así dividimos los intereses del segundo grupo generacional en dos empresitas, unidas en grupo. Ahí creamos un holding, hay una escisión, reducciones de capital, ampliaciones, todo junto.

LG: Ya que usás la palabra reducción y que la reducción es una palabra que se usa mucho en comida, yo pensaba que así como la imagen era la imagen del camión del Automóvil Club, también la imagen podría ser la imagen de la cocina y de una cocinera que está usando diferentes ingredientes. Y yo sé que eso tiene mucho que ver con vos, ¿es así?

LH: Sí, me encanta cocinar, sobre todo, me gusta condimentar. Es decir, encontrar en la sutileza del agregado el cambio del plato. Y realmente en la consultoría uno hace mucho de esto. Es muy fina la diferencia que se encuentra entre una figura y otra, la combinación de recursos, para llegar a un plato que satisfaga al comensal.

LG: Claro.

CL: Está bien, porque supongo que además hay una cuestión de indagación. Lo que para alguien es un dato irrelevante, vos por ahí, con la escucha atenta, decís atención, estaba esta situación en la empresa o en la familia y lo que para otro no tenía importancia, de repente, vos de ahí podés sacar una punta, ¿no?

LH: Sí. Ese es el entrenamiento técnico, la escucha por un lado y por el otro la experiencia profesional, del manejo de la estructura societaria, recursos que tiene la Ley de sociedades y el derecho contractual, que permite crear estas figuras.

CL: Me viene ahora a la cabeza, desde mi no-vínculo con lo jurídico, la reforma del Código de hace unos años. Como esto, que para íi es indistinguible, para ustedes abre un campo nuevo, en muchas posibilidades, ¿no?

LH: Es muy buena tu observación. Ahora realmente ha cambiado mucho el escenario de los recursos que tiene el cocinero en su alacena. Hay muchas alternativas, que tienen que ver con la posibilidad de hacer pactos sobre cosas que antes no se podía, matrimonio contratando, herederos planificando la transición generacional, la oponibilidad que tiene para los herederos, el dueño de un derecho acuerde, antes no. A veces, muchas veces, no llegaba al derecho que se transmitía, cuando eran temas personales… Y la verdad es que, más que nunca, está la libertad contractual y el panorama legal listo para que la empresa pueda organizarse con planificación. Y que la planificación deje de ser una palabra de otro lado del mundo.

LG: Totalmente. Es como que el Código es una especie de especiero, ¿no es cierto?

LH: Sí, claro que sí. En cada página tiene una pimienta diferente.

CL: No me acuerdo quién decía hace poco, otra vez, desde afuera del derecho, el genio de Vélez Sarsfield, en el siglo XIX, cómo desde ahí construyó un aparato tan potente y que después hubo que adaptarlo, pero muy sólido.

LH: Sí, muy rico. El derecho de esa generación liberal fue muy transformador. Pero también es cierto que en ese momento, en todo el mundo, había como un caldero de nuevas ideas en materia regulatoria. Y bueno, Vélez tenía todo el poder de una sociedad que se estaba constituyendo, ¿no? Y un mundo muy diferente, que después se complicó bastante.

LG: Bueno, yo creo que nuestro gran desafío es entender este mundo, las expectativas de hoy y usar ese especiero para darle a cada uno lo que realmente le resulta útil o puede ayudar a un futuro mejor. Así que, personalmente, como director de Caps Consultores, reivindico totalmente tu tarea dentro de nuestro equipo. Creo que es un elemento diferencial de muchísimo valor. Así que lo único que puedo decir es muchas gracias por esta entrevista y sigamos trabajando como hasta ahora.

LH: Sí. Es una linda oportunidad el trabajo que hacemos. Es transformador, da satisfacción y permite aprender. Para el profesional acompañar a esas familias a resolver cuestiones, ver que funcionan las propuestas y se van enriqueciendo con la práctica, es estimulante. Realmente lo mejor que puede hacer una familia ante un tema que ahoga el proyecto, es encarar la planificación. Es renovador y realmente dinamiza y unifica mucho a la familia.

CL: Excelente Liliana. Nuevamente tu aporte permite aproximar a los que no venimos del mundo del derecho, para transformar esto en herramientas prácticas. Así que muchas gracias, nuevamente.

LG: Hasta la próxima, Liliana.

LH: Hasta la próxima, muchas gracias.

CL: Estuvimos conversando con Liliana Hers, miembro de Caps Consultores.

(Música)